Hoy os quiero contar la historia de un día feliz.
Ayer me levanté tempranito para ser sábado.
Nada más despertarme sonreí al recordar que por fín había llegado el día en el que iba a hacer el curso de cosido copto con Eva que llevaba tiempo esperando.
Desayuné como si estuviera de vacaciones: café recién hecho con leche calentita, zumo de naranja y tostadas con abundante mantequilla y mermelada de fresa.
Después de una ducha acompañada de una exfoliación de cuerpo y pensamiento me puse mis vaqueros y un jersey de lana y salí feliz de la vida camino de la estación del tren.
Todos los días tomo el tren en esa estación para ir a trabajar; así es que decidí que no podía ir al mismo andén y subir al mismo tren porque era un día especial. Por eso, me convencí a mí misma que estaba tomando el tren del anden nueve y tres cuartos evocando a Harry Potter camino de Hogwarts.
El viaje fue diferente al de todos los días... Durante el trayecto me metí en la vida de Matilda (¡me encantan todos y cada uno de los cuentos de Roald Dahl!) y casi sin darme cuenta llegué a mi destino.
Después de caminar durante cinco minutitos me encontré dentro del portal de la dirección que había anotado antes de salir de casa. Para mi sorpresa, la mañana seguía siendo mágica: las escaleras hasta la segunda planta eran de madera. Esas escaleras me llevaron a mis diez años y la casa de mi madrina donde podía correr por pasillos sin fin y preparar ropita para los Barriguitas a la vez que comidita con harina, agua y un poco de colorante.
Enseguida me encontré cortando papel, pegando... riendo, charlando, comiendo fresas...cosiendo, anudando...riendo, charlando, comiendo fresas...
No sé si alguna habéis hecho algún curso con Eva... Este es el segundo que hago y pienso seguir repitiendo porque, además de aprender cosas fantásticas, consigue que guarde momentos de esos que recordaré cuando sea viejecita como recuerdos de una vida feliz.
♥♥♥
Y también el de una entrada en la que os conté cómo disfruté preparando un regalo para una buena amiga gracias a lo aprendido con Eva.
Ya solo me queda mandar desde aquí un besito a mis compis del curso de ayer con las que pasé una mañana fantástica.