A veces la vida nos regala momentos únicos.
De esos que te dejan un regustito genial y no puedes quitarte la sonrisa.
Y ayer estuvo lleno de esos momentos.
En una quedada al más puro estilo siglo XXI.
¿Quién dijo eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor?
¿Cuándo en épocas pasadas hubieramos podido compartir trocitos de nuestras vidas, en un fantástico día de verano, las mamás blogueras, facebookeras y tuiteras que nos encontramos ayer cerquita de Madrid?
Compartiendo saberes, risas y, sobre todo, mucha comida, disfrutamos de un día en el que tuvimos el lujazo de vivir una clase en vivo y en directo con Eva de Mamá Convergente sobre elaboración de sushi, María de Horno Guillén-Jordán nos preparó una fantástica tarta fondant, de las galletas de Merche prefiero ni acordarme, los mojitos de Yolanda son los mejores que he probado nunca, las galletas de chocolate de Encarni de Al son de mis tacones para qué contar (si tenían no sé cuántos chocolates...), las anecdotas de Marisol de Mis cosillas artesanas, los mimitos de Nora, la aventura de Irene... Todo ello en un jardín lleno del encanto personal de Lucía de Menudo numerito.
Pues eso, que hoy sigo sonriendo...
De esos que te dejan un regustito genial y no puedes quitarte la sonrisa.
Y ayer estuvo lleno de esos momentos.
En una quedada al más puro estilo siglo XXI.
¿Quién dijo eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor?
¿Cuándo en épocas pasadas hubieramos podido compartir trocitos de nuestras vidas, en un fantástico día de verano, las mamás blogueras, facebookeras y tuiteras que nos encontramos ayer cerquita de Madrid?
Compartiendo saberes, risas y, sobre todo, mucha comida, disfrutamos de un día en el que tuvimos el lujazo de vivir una clase en vivo y en directo con Eva de Mamá Convergente sobre elaboración de sushi, María de Horno Guillén-Jordán nos preparó una fantástica tarta fondant, de las galletas de Merche prefiero ni acordarme, los mojitos de Yolanda son los mejores que he probado nunca, las galletas de chocolate de Encarni de Al son de mis tacones para qué contar (si tenían no sé cuántos chocolates...), las anecdotas de Marisol de Mis cosillas artesanas, los mimitos de Nora, la aventura de Irene... Todo ello en un jardín lleno del encanto personal de Lucía de Menudo numerito.
Pues eso, que hoy sigo sonriendo...