Ya se sabe: en esta época, toca torrijas.
¡No he podido resistirme!
¡Adiós a mi dieta!
En fin... ¿qué sentido tiene la vida si una no puede
saltarse la dieta?
Recetas de torrijas hay infinidad y alguna más.
Hay gente que las prepara con leche, otros con leche y vino;
unos utilizan miel, otros preparan un almíbar...
Desde mi punto de vista, las mías son las mejores porque
¡son las que les gustan a mis niñas!
Yo utilizo pan de molde para torrijas porque soy incapaz de
esperar a tener pan duro. ¡Me encanta el pan! ¿Es posible llegar a tener pan
duro en casa sin comerlo antes?
Y no utilizo miel, ni almíbar, ni vino...
Bueno, ahí va la receta (para preparar unas 8 recetas como
las de la foto):
Medio litro de leche
La piel de media naranja
La piel de medio limón
Dos palitos de canela
Dos cucharadas y media de azúcar
Pan de molde especial para torrijas
Aceite de girasol
Dos huevos
Algo más de azúcar
Canela molida
Poner en un cazo la leche, la piel de naranja, la piel de
limón, los palitos de canela y las dos cucharadas y media de azúcar.
Calentar al fuego suave (esto huele de maravilla; como a
arroz con leche...) sin que llegue a hervir.
Retirar del fuego y dejar enfriar.
Disponer en un plato la leche preparada y en otro un huevo
batido (se necesitará uno, dos o tres huevos, dependiendo del tamaño de las
torrijas).
Empapar bien el pan en la leche; luego pasarlo por huevo
batido.
Y freir en abundante aceite.
Cuando estén doraditas, sacar y dejar escurrir el exceso de
aceite poniéndolas sobre un papel de cocina.
En un plato mezclar azúcar y canela; la proporción es
aproximadamente de tres cucharadas de azúcar por cada una de canela. Puede que
con tres cucharadas de azúcar y una de canela sea suficiente pero puede se
necesite más (depende del tamaño de las torrijas).
Pasar las torrijas por el azúcar con canela.
Y, ¡a comer!
Espero que os guste esta recetita.
Un saludito,
Chelo