Una tarta con sabor a infancia: rellena de nata y mermelada de fresa y cubierta de chocolate. ¿Se puede pedir más?

¿Os acordáis de cuando de niños tomábamos pastelitos Bony?

¡Me encantaban!

Por eso me gusta tantísimo esta tarta.

Tiene todo lo que me gustaba cuando era una niña y sigue gustándome ahora.

Chocolate, bizcocho, nata y fresa...

¿Se le puede pedir algo más a una tarta?

En fin, la mismísima felicidad hecha tarta.

Aquí os dejo la receta por si os apetece ser felices un rato.

Bizcocho:

150 g chocolate negro

150 g azúcar

120 g harina

100 g mantequilla

4 huevos

1 cucharadita de levadura en polvo

sal

Almíbar:

100 g agua

100 g azúcar

Relleno:

150 g mermelada de fresa

150 g nata

Cobertura:

150 g chocolate

100 g nata líquida

75 g mantequilla

Preparar el bizcocho:

Ir precalentando el horno a 180 grados.

Poner el chocolate en un cazo cortado en trocitos y derretirlo al baño maría.

Dejar que se enfría ligeramente.

Tamizar la harina y mezclar con la levadura y la sal. Reservar.

Separar las yemas de las claras.

Preparar un merengue con las claras y la mitad del azúcar.

Para ello batirlas a punto de nieve añadiendo poco a poco el azúcar hasta que se forme un merengue brillante.

Reservar el merengue preparado.

Montar las yemas con el resto del azúcar.

Añadir el chocolate que ya se encontrará templado.

Añadir la harina tamizada (a la que ya le habíamos añadido la levadura y la sal).

Incorporar un tercio del merengue y mezclar bien con esta masa utilizando una espátula.

Ir incorporando el resto de merengue mezclándolo con movimientos envolventes con ayuda de la espátula.

Forrar un molde con papel aluminio.

Poner la masa en el molde. 

Hornear a 180 grados durante 30 minutos (hasta que una aguja salga limpia).

Preparar el almíbar:

Cocer el azúcar con el agua hasta que esté totalmente disuelto.

Rellenar el bizcocho:

Una vez enfriado el bizcocho, desmoldarlo y cortarlo por la mitad.

Pintar con el almíbar las dos mitades del bizcocho por la parte que va a quedar dentro. De este modo el bizcocho queda más jugoso.

Rellenar con la nata y la mermelada.

Poner la tapa del bizcocho.

Preparar la cobertura:

Poner en un cazo al baño maría el chocolate en trocitos, la mantequilla y la nata.

Ir moviendo hasta que el chocolate se derrita.

Dejar templar; esto motivará que el chocolate espese ligeramente.

Cubrir el bizcocho con la cobertura de chocolate:

Ir echando la cobertura sobre el bizcocho y con la ayuda de una espátula ir haciendo círculos para que quede precioso.

Y, ahora, a ser inmensamente feliz comiéndola.

Espero que os guste.

Chelo.