Cada vez que vamos a comer a casa de mi madre y ella prepara sopa para las niñas acabamos en el mismo punto: "la sopita de la yaya está más rica que la de casa"
Yo alucino porque siempre pensé que la hacía como ella porque suelo llamar para preguntarle cómo preparar los distintos platos; lo que supone un motivo como otro cualquiera para charlar un rato.
Pero no...; "la sopita de la yaya está más rica que la de casa". Así es que me he decidido a dejar escrita la receta para tenerla siempre a mano. Os la dejo aquí: sopita.
Yo creo que el ingrediente que le falta y que la hace mejor que la de casa y, además inmejorable, son los mimos y besos de abuela. Espero algún día llegar a poner ese ingrediente en mis platos. De momento, cariñito de mamá...
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